De acuerdo al coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del PNUD en el país, Miguel Ceara Hatton, ese dato indica que el país pierde siete posiciones en la tabla mundial, colocándolo en el lugar 18 con la mayor pérdida de posiciones por la desigualdad, de 139 países para los que se dispone información.
Agregó que República Dominicana ocupa el quinto lugar entre los países que más posiciones pierde cuando la esperanza de vida al nacer se corrige por la desigualdad y es el número 24 que más posiciones pierde en ingreso cuando se ajusta por desigualdad.
La desigualdad está asociada, explica Ceara Hatton, a la forma de cómo funciona la economía dominicana, que crece y al mismo tiempo genera exclusión social porque genera pocos empleos y de mala calidad.
Y es que, en su opinión, la economía dominicana tiene un impacto reducido en la disminución de la pobreza, mantiene segregado por riqueza la calidad de los sistemas educativo, de salud y de justicia, y el acceso a los servicios públicos, entre otros.
Destaca que cerca de uno de cada cinco menores en el país habita en un hogar que experimenta privaciones en al menos un tercio de estos indicadores, y agrega que otros estudios hechos por Unicef muestran que las principales variables que explican la violencia contra la niñez y la adolescencia son la pobreza sistémica, la violencia intrafamiliar y la irresponsabilidad paterna.
Ceara Hatton refiere que la pobreza va mucho más allá de la falta de ingresos, ya que es además salud y nutrición inadecuada; falta de educación y de conocimientos especializados, de medios de sustento inapropiados, malas condiciones de vivienda, exclusión social y escasa participación.
"En otras palabras la vida en pobreza, puede abreviarse, ser difícil, dolorosa o riesgosa; estar privada de conocimientos y comunicación", observó.
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